viernes, 24 de agosto de 2012

CUENTO: "VAMOS QUIROGA"

"El enganche es el corazón del equipo, es el jugador clave que maneja los tiempos y hace jugar a los compañeros, que entre ahora mismo para dar vuelta este partido" expresaba Adolfo, un cincuentón con muchas canchas en el lomo que estaba sentado a la mesa ubicada enfrente de un televisor 14 pulgadas; casi al instante, desde la otra punta replicando ese grito-comentario, un joven de no más de treinta años manifestaba que "el fútbol se gana por las bandas con el ida y vuelta de los volantes, el enganche hace lento el juego y no tiene la dinámica adecuada para estos tiempos". El sitio del debate fue el bar del Ñato, en el que ambos junto a una decena de personas observaban como su equipo favorito perdía dos a cero frente a su clásico rival faltando media hora para la finalización del partido.
   
   Justo para ese encuentro el entrenador había decidido sacar al diez y llenar de volantes de marca el mediocampo, según los hinchas para cuidar el cero en su arco para así lograr al menos el empate tan deseado que le daba el primer campeonato de la historia al equipo del barrio. El escenario pintaba complicado por los dos tantos en contra y las esperanzas de dar vuelta, o al menos empardar, el partido estaban en el banco de suplentes. Quiroga, un volante por afuera con mucho gol, y Pattelli, un enganche generador de fútbol como pocos, eran las dos opciones mas viables que tenía el director técnico para lograr lo que hasta ese momento tenía olor a hazaña.
   
   El joven casi treintañero, al que en el barrio conocían como Ernesto, pedía abrir la defensa por las bandas, o sea que a su entender Quiroga era el jugador que podía cambiar el rumbo del juego; mientras que el hombre más entrado en años imploraba por el ingreso de Pattelli, quien para él era capaz de dar vuelta el encuentro por si solo. En tanto que el Ñato, el propietario del bar, atino a decir "que entren los dos" a lo que escucho un "queda un solo cambio" de parte de los presentes en el lugar, quienes por única vez coincidieron en un comentario en toda la tarde.
   
   La cuestión era que la determinación de quien ingresaba, si es que esta se producía, no dependía de ninguno de quienes observaban el partido por televisión. Solo el entrenador debía tomar esta decisión, la cual quizás se convertiría en la más importante en la historia del club. Finalmente la modificación se produjo a falta de veinte minutos con el equipo aún dos goles abajo.
   
   Segundos antes del cambio tan esperado las miradas expectantes entre los concurrentes al local del Ñato se entrecruzaron por un instante, no sea cosa que se pierdan el momento del ingreso de quien para ellos podría llegar a ser el salvador. Quiroga fue el elegido por el técnico para cambiar la historia, que quizás basándose en la frágilidad de los laterales del equipo rival a la hora de marcar lo envió al terreno de juego. Al momento de la modificación, una sonrisa se dibujo en el rostro de Ernesto, quien más allá de la derrota parcial de su equipo sintió una satisfacción de triunfo con el ingreso del volante de ida y vuelta que va por las bandas. En el instante en el que expreso "vamos Quiroga" todos los presentes en el bar notaron en su rostro su victoria personal. Él ya había ganado esa tarde y nada iba a empañar ese momento, ni siquiera la posible derrota y por ende la perdida del campeonato del club de sus amores.


   En el fútbol crees que es más determinante el enganche o el volante por afuera? Deja tu comentario e intercambiemos opiniones! Quiero saber de ti!     
 


gonzaloperiodista77@gmail.com
 

2 comentarios:

Máximo Randrup dijo...

Hola Gonzalo. Soy Máximo, de www.futbolcurioso.blogspot.com

Gracias por el comentario en el blog. Estuve viendo el tuyo; muy bueno! Si te interesa hacemos intercambio de links. Yo tengo una sección de "webs amigas". SIN COMPROMISO.

Abrazo!

Gonzalo Nuñez dijo...

Gracias por tu halago Máximo! Tu blog es muy interesante y lo recomiendo en demasia!

Abrazo